martes, 13 de abril de 2010

No, no me arrepiento de nada. No, no me arrepiento de nada. Ni el bien que me han hecho, ni el mal.. todo eso me da lo mismo. Está pagado, barrido, olvidado.. ¿qué me importa el pasado? Con mis recuerdos yo hice una fogata. Mis tristezas, mis placeres, ya no tengo necesidad de ellos. Barridos mis amores, con sus temblores, barridos para siempre.. vuelvo a partir de cero. No, no me arrepiento de nada, ni el bien que me han hecho, ni el mal.. y todo eso me da lo mismo.

Pues mi vida, mis alegrias.. hoy comienzan y a veces las palabras sobran. A veces la palabra justa es esa que se calla. A veces no hay palabras. A veces las palabras se escuchan sin que sean dichas. Hay palabras que curan, y otras que matan.
A veces callamos para evitar más dolor y en ese silencio aparecen las palabras que tanto necesitábamos. Un silencio, una palabra sencilla o un monólogo irritante, todo habla, todo dice. Pero a veces no alcanzan ni los silencios ni las palabras, hay que ir más allá, pasar de la palabra al acto, porque el resto, el resto es puro bla bla. #

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